Conocer el método de construcción de unos zapatos de vestir es la clave para diferenciar un buen calzado de uno de calidad premium. Más allá del grado de exquisitez de los materiales seleccionados para su confección o del lugar en el que haya sido fabricado, son las técnicas utilizadas en su producción las que no sólo condicionarán su precio, sino también su vida útil.
Se trata de una técnica basada en la doble costura que se consigue gracias a la invención de Charles Goodyear Jr., una máquina de coser patentada en 1871 y que permitía ensamblar con gran rapidez las distintas partes de las que se compone el zapato sustituyendo los tediosos procedimientos manuales que imperaban en una industria que sufrió una verdadera revolución.
A continuación te contamos por qué el Goodyear Welted está considerado como uno de los métodos de fabricación de calzado de excelencia mundial, un proceso tradicional que es sinónimo de unos zapatos artesanos de verdadero prestigio.
El método Goodyear se define por su extraordinaria eficiencia a la hora de ensamblar las distintas partes del zapato. Un primer cosido une el cuerpo del zapato a la vira, una tira de gran solidez que actúa como refuerzo del calzado, mientras que un segundo pespunteado exterior fija la suela a dicha pieza. De este modo se consigue una resistencia superior.
El hecho de no tener las costuras a la vista redunda en una mayor durabilidad de las mismas, ya que sólo un severo desgaste de la suela podría provocar que comenzasen a deteriorarse. Por otro lado este procedimiento posibilita el reemplazo de la suela si fuera preciso y sin dañar el calzado tras muchos años de uso, algo irrealizable en otro tipo de construcción como la Blake.
Entre la plantilla y la suela se coloca una capa de corcho resinado que cumple una importante doble función. Por un lado, el aglomerado actúa como aislante térmico, y por otro garantiza una gran adaptabilidad ya que tras la primera puesta el pie irá imprimiendo su propia huella incrementando el grado de confort con cada nuevo uso.
Está fabricada a partir de cuero natural, que es sumergido en aceite de oliva durante tres meses para que adquiera una mayor flexibilidad. Además, al ser curtida con taninos de roble tiene una resistencia a la abrasión superior al resto. No es casualidad que la suela Joh. Rendenbach esté considerada como la mejor del mundo.
Compuesto por una superposición de capas del mejor cuero, el tacón de los zapatos Goodyear no sólo presenta una gran solidez y una gran resistencia a la fricción, sino que además otorga una gran estabilidad a la pisada. Está reforzado con múltiples clavos que aportan una mayor firmeza.
Dentro del zapato se coloca una fina envoltura de piel de ternera tan suave y flexible que proporciona un calce muy agradable. El curtido vegetal prescinde de los pigmentos minerales que suelen tapar los poros, de ahí que la piel facilite la transpiración aportando una continua sensación de frescor.
El pie reposa sobre una lámina de espuma patentada que se adapta a su morfología logrando una pisada muy placentera. Evita que estemos en contacto directo con aquellas partes endurecidas de la suela que le otorgan su consistencia.
Al extenderse sobre la totalidad de la base del zapato favorece que el pie no descanse directamente sobre la palmilla. De esta manera, nuestras suelas tienen dos capas más que cualquier zapato Goodyear ordinario.
Tiene 4 mm de espesor y conforma la parte superior de la entresuela. Al ser de cuero auténtico es mucho más sólida y duradera, aunque también flexible para garantizar el pliegue natural del zapato. La palmilla lleva adherida el Murete, que sirve de cerco para la capa de corcho resinado.
Los zapatos Goodyear llevan instalados dos cambrillones, uno de piel y otro de metal. Estas láminas, situadas entre el tacón y el antepié, son elementos estabilizadores que propician que el calzado se flexione adecuadamente y evitan que el talón bascule.
Su función es la de reforzar las dos orejas del zapato minimizando el riesgo de que la piel pueda llegar a desprenderse al cabo del tiempo. Se trata de una característica propia de los zapatos Oxford, cuya áncora tiene forma de V.
El proceso de elaboración del calzado Goodyear no sería posible sin la destreza de los mejores profesionales, aquellos que han dedicado su vida al perfeccionamiento de este arte y cuya atención a los detalles hace posible un acabado impecable en la decoración del zapato, en cada costura, corte o troquelado dispuesto con el fin de embellecer los distintos modelos de una colección diseñada para satisfacer los gustos y las necesidades de los clientes.