El cuidado de nuestros zapatos artesanos es necesario no sólo mientras los llevamos puestos, sino también durante el tiempo en el que se encuentran reposando en nuestro guardarropa. Para evitar que se deformen y eliminar los malos olores, nada mejor que utilizar hormas de madera de primera calidad.
Contar con unas buenas hormas en nuestro guardarropa es una de las maneras más efectivas de mantener nuestros zapatos de vestir siempre a punto y perfectamente conservados. Más allá de la limpieza, la impermeabilización o el abrillantado del calzado, cuidados que hay que hacer para combatir el deterioro ocasionado por su uso prolongado, una parte fundamental en su mantenimiento está ligada al tiempo que transcurre entre una puesta y otra.
Mantener la forma del zapato durante el mayor tiempo posible es una de las principales preocupaciones de cualquier apasionado de los zapatos artesanos de la más alta calidad. Mantener tersos los pliegues del cuero no sólo evita que puedan producirse arrugas de lo más antiestéticas, sino que cualquier tarea relacionada con su limpieza y cuidado resulta más sencilla y eficaz.
Introducir hormas en los zapatos cada vez que los guardamos no sólo garantizará mantener la tersura y elasticidad del cuero, sino también absorber las humedades que el sudor o la lluvia hayan podido dejar en el interior. Esto resulta de vital importancia ya que es una de las principales causas del endurecimiento y el deterioro incluso de las mejores pieles, además de generar malos olores.
Tradicionalmente las mejores hormas se fabrican en madera, siendo las más utilizadas las de haya y cedro. Son muy ligeras, desodorizan con un fresco olor natural y son talladas con gran precisión para que reproduzcan la forma del pie, estirando los zapatos como si los lleváramos calzados.
Las hormas de haya, que son las más comunes, recurren a un sistema que cuenta con un muelle central que la ajusta al talón de cualquiera de los modelos de la colección, ya sean unos zapatos Derby de hombre o unos cómodos mocasines Penny.
Las hormas de cedro son extensibles, por lo que se introducen y se retiran del zapato con extrema facilidad. Son un clásico en las mejores zapaterías del mundo, pues propician un ajuste total garantizando que el calzado no se deforme lo más mínimo y mantenga su atractiva línea original.
Ambos tipos de hormas están fabricados con los mejores materiales y responden a un minucioso diseño. No requieren un excesivo mantenimiento más allá de pasarles un paño húmedo cada cierto tiempo, aunque es recomendable darles una pasada con papel de lija una vez al año para restaurar sus propiedades aromáticas.