Humphrey Bogart, un estilo inconfundible de los pies a la cabeza

No cabe duda de que Humphrey Bogart fue uno de los grandes galanes de la edad de oro de Hollywood, aunque también de los más atípicos. Su atractivo no respondía a unas bellas facciones como en el caso de Rock Hudson o a la elegancia de otros contemporáneos como Cary Grant, sino a esa imagen adulta, seria y endurecida tan característica. Tras su mirada pétrea, difuminada por el humo de su eterno cigarrillo, se adivinaba cierta melancolía, una singular mezcla que le granjeó interpretar a toda una serie de personajes carismáticos y llenos de claroscuros.

Tal vez fuera precisamente este perfil tan poco convencional el que lo catapultara a la fama, el que lo convirtiera en una de las estrellas más deseadas del celuloide y también un formidable icono de estilo en el ámbito de la moda masculina, uno que todavía hoy resulta profundamente fascinante y que sigue influenciando a las tendencias más actuales.

Pensar en el Rick Blaine de Casablanca o en Roy Earle de El último refugio, antihéroes de carácter rudo pero envueltos en un halo de romanticismo, es visualizar un modelo de elegancia clásica que implica toda una serie de prendas y accesorios cuidadosamente combinados para resultar irresistibles.

La gabardina

Apareció enfundado en ella en el rol del detective privado Sam Spade en El halcón maltés, cinta que supuso la consagración de todo un mito. Un año después, la llevaba puesta mientras se despedía de Ingrid Bergman en la pista del aeropuerto en la que posiblemente sea la escena más célebre de la historia del cine.

La gabardina de Thomas Burberry pasó a formar parte del estilo inconfundible de Humphrey Bogart, quien trasladó su masculinidad a una prenda anteriormente asociada a la mujer. Siempre de color beige, la vestía atada por la cintura prescindiendo de la hebilla y visiblemente arrugada, lo que acentuaba su aire descuidado y solitario.

También llamada trench, esta prenda se percibía como indispensable para conseguir el look tan popular del actor, el cual siguió luciendo en muchos clásicos como A través del Pacífico, de John Huston, o encarnando a Philip Marlowe en Tener y no tener, cinta en la que conquistaría al gran amor de su vida, Lauren Bacall.

El sombrero

El sombrero Fedora era un signo de distinción y clase que comenzó siendo un accesorio de mujer para más tarde saltar al armario del hombre. Sus principales características eran el ala ancha, el fieltro de lana y la copa pinchada al frente que propiciaba su forma triangular.

Se trataba de uno de los sombreros de paño flexible más populares de la época, bautizado con ese nombre por el título de la obra de teatro Fedora, del dramaturgo francés Victorien Sardou, que lo introdujo en la moda estadounidense tras su representación en el país en 1889.

Aunque en sus inicios estaba vinculado a las actividades deportivas y a los atuendos informales, finalmente se adaptó a los estilismos del hombre urbano, siendo asociado al estereotipo del gangster de los años de la Ley seca y por tanto al cine negro. De hecho, no tardó en convertirse en el accesorio fetiche de Bogart, que llevaba ligeramente inclinado y que aportaba un toque de misterio a su figura.

El traje cruzado

Un traje de dos piezas es un básico en el guardarropa de cualquier hombre. Bogart no era una excepción, y solía decantarse por un blazer cruzado con un tejido de diseño Príncipe de Gales en tonos grises que resultaba discreto pero muy elegante.

Resultaba muy combinable con camisa blanca y corbata, siempre eligiendo cuidadosamente un tipo de estampado en concordancia con la chaqueta, la cual adornaba con un sutil pañuelo de bolsillo.

El smoking blanco

Las ocasiones especiales requieren de prendas más selectas. Y aunque hoy en día el smoking blanco se considera una opción muy atrevida, era el preferido del actor para asistir a las galas o en sus noches de fiesta.

Bogart estableció que la chaqueta debía respetar la forma de un reloj de arena, o lo que es lo mismo, hombreras anchas y cintura entallada. Siempre optaba por modelos de un blanco inmaculado, desechando aquellos con las solapas oscuras para generar contraste.

Camisa blanca, pantalones negros y pajarita eran también elementos indispensables en un conjunto irresistible y propio de toda una estrella.

Unos zapatos clásicos de vestir

Los grandes como Humphrey Bogart no dejaban nada al azar cuando se trataba de su imagen, pues eran perfectamente conscientes de que lograr un look excepcional implicaba cuidar su vestimenta de los pies a la cabeza.

En cuanto al calzado clásico para hombre, nada mejor que unos zapatos Oxford negros en liso para destacar allá donde vaya, pues resultan extremadamente distinguidos y a la vez son muy versátiles dentro de su evidente formalidad.

The Bogart son unos zapatos elegantes y confeccionados tomando como inspiración a esta leyenda del cine. Están fabricados de manera artesanal para lograr un mejor acabado y haciendo uso de la piel más exquisita, tal es el respeto de Crownhill Shoes por el oscarizado intérprete. Un modelo atemporal que nos permitirá brillar cuando la ocasión requiera vestir de etiqueta o simplemente derrochar estilo en el trabajo o en nuestro tiempo libre.