Los cordones encerados, que presentan un acabado superior, son los que se merecen aquellos zapatos de vestir de la más alta calidad. De 75 cm para anudarlos con total comodidad y de distintos colores que nos dan la posibilidad de apostar por un estilo formal o por atrevidas combinaciones.
Los cordones son el complemento fundamental de los zapatos clásicos por excelencia. Es cierto que su función práctica está perfectamente clara, el ajustar el calzado al pie de modo que con el movimiento al andar no nos produzca molestas rozaduras en el talón y en el empeine, sin embargo también debemos tener en cuenta que tienen una presencia estética importante.
Modelos como los zapatos Oxford de hombre o los Derby optan por el cierre más tradicional, que se considera un componente esencial de su elegancia y formalidad. De hecho, son los cordones encerados los que presentan un mejor acabado por su constitución fina y redondeada siendo los más adecuados para un calzado de la más alta calidad.
Por esta razón, a la hora de preocuparnos por el cuidado de nuestros zapatos de vestir, no sólo basta con limpiarlos habitualmente, aplicar cremas protectoras o ceras abrillantadoras, sino también sustituir los cordones siempre que sea necesario. Y es que con el tiempo y el uso, es normal que se gasten creando un poderoso efecto de envejecimiento en el conjunto del calzado que es recomendable evitar a toda costa.
En el caso de los cordones con recubrimiento de cera, la fricción resultante a la hora de atarlos y con los propios ojales suele deteriorar esa película exterior que les confiere gran parte de su atractivo y distinción, por esta razón es conveniente sustituirlos cada cierto tiempo, algo que resulta tan cómodo como asequible.
Se pueden encontrar en múltiples colores, y aunque los negros y marrones son los más demandados dada su sobriedad, muchos clientes se sienten inclinados a realizar atrevidas combinaciones utilizando en zapatos clásicos cordones morados, rojos, amarillos o azules turquesa, por citar solo algunos. Pinceladas de la moda más transgresora de París y cuyo único límite es nuestra propia imaginación.