Hablar de unas botas de piel elegantes y de vestir es hablar de las botas Balmoral hombre, las cuales contienen toda la esencia formal de los zapatos Oxford incluyendo su sofisticación y su exquisito acabado.
El origen de este modelo se remonta al siglo XIX, cuando la reina Victoria las mandó fabricar especialmente para el príncipe Alberto. El reto era que combinasen durabilidad y resistencia al agua con una línea lo suficientemente estilosa como para que resultasen adecuadas para sus paseos dentro y fuera de los muros del castillo escocés de Balmoral. Dado que la monarca acabó encantada con el resultado, el diseño no tardó en popularizarse hasta tal punto que todavía hoy pervive debidamente adaptado a las tendencias actuales.
Las Balmoral se caracterizan por ser botas con cordones que cuentan con entre seis y nueve ojales y que se cierran completamente de modo que la lengüeta sólo queda visible en la parte superior de la caña. Esto, unido a que suben unos centímetros por encima del tobillo, hace que sean ideales para el invierno.
Son de tacón bajo y de punta redondeada, y sus costuras que dividen el calzado en porciones bien diferenciadas lucen un precioso brogueado que les aporta un toque de distinción. Este troquelado da mucha personalidad a este modelo y se deja ver en la puntera, en el empeine, en la caña y en el cosido en torno al talón.
Dado que sirven como sustitutas del zapato Oxford en los meses más fríos, su uso está estandarizado para ocasiones formales o que requieran de etiqueta. Sin embargo, aunque sean botas de vestir para traje, hay quien las combina con acierto en looks más casuales especialmente si se trata del modelo confeccionado en ante.